viernes, 2 de julio de 2010

Pienso, luego existo.

Presiones, presiones. El chico impecable, que saca diez en todo. Creo que entendí qué es la perfección: mirar al frente, callado, prestando atención. No te dicen que seas un autómata que repite su discurso, son más sutiles, simplemente te piden que "des el ejemplo". Puedo tener un pensamiento libre, mientras no lo muestre y entregue una imagen sin fallas.
Si esto es lo que quieren, es lógico que busque cada día ser más imperfecto. Deseo desentenderme de ellos, ir abajo cuando van arriba. Dirán que este proceder es tonto, pero requiero de algún tipo de rompimiento de las reglas, pretendo humanizarme, alejarme de lo ideal.
Entonces en algún punto agradezco que estén ahí para enfrentarlos, la hipocresía recae realmente en sus palabras, las cuales hablan de su ayuda, de como ustedes están de nuestro lado. La única manera de la que nos pueden ofrecer ayuda alguna es haciéndonos luchar. Permítanos rebelarnos, cuando decidieron ser maestros aceptaron el ser nuestros enemigos. Acaso lo habrán aceptado inconscientemente. Pero deben entender que al educarnos obligatoriamente causan que sintamos cierta aversión hacia ustedes, pues tomar conocimiento sería admitir que hay cosas que no sabemos y lastimaría nuestro soberbio orgullo adolescente.
Nos impiden crecer, en cambio nos obligan a envejecer, ya que sólo el sabio experimentado está libre de errores, ni siquiera eso, pero ciertamente ha madurado. Y esto pasó porque cometió errores, su equivocación es que creen hacernos un favor al exhortarnos a decir no a estos males que durante su juventud han tomado desconociendo sus efectos. Agradecemos la información que nos dan, su postura acerca de lo que está bien y lo que está mal, sin embargo, además de eso nos imponen sus valores y prefiero descubrir los míos explorando ambos bandos que adoptar los de alguien más.
Estoy intentando descubrir quién soy, y ustedes sólo me hacen enojar, hasta llorar de confusión. Piden que tome posturas y que me movilice, que actúe, eso se lo dejo a quienes se conocen, quienes tienen pensamientos fijos del mundo. Yo no soy así: necesito probarlo todo, pensarlo todo, luego sabré que lo que hago es lo correcto y actuaré.

1 comentario:

  1. El primer acto que de nuestra libertad, es actuar. No tenes que pedir permiso.
    Cuando logres liberarte de tu atadura estructural, vas a entender que todo es perfectible. Porque en ese momento? por el simple hecho de que lo unico que buscas en el lugar donde vos estas es la perfeccion, ellos mismos te llevan a eso -lo perfectible no se ubica solamente dentro de los valores positivos-
    Nadie te impide crecer, ellos simplemente te imponen. El que decide como y donde crecer sos vos. Tenes barreras, por el lugar donde estas , en este tiempo, en ese lugar.
    Es mejor que conozcas un poco de todo lo basico, asi tenes bastones con los cuales guiarte en esta oscuridad.

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