martes, 27 de julio de 2010

El Subte del Amor

En invierno el frío contrasta horriblemente con el cambio de temperatura en lugares cerrados, sobretodo ese conjunto de calor corporal en los subtes. Por eso al subir es hermoso el contacto que nos libera del tiritar y de los dedos duros, pero al cabo de unos minutos se maldice el sofocante encierro. Igual no importa mi opinión de los subtes, mientras sean el transporte más rápido los tomaré. En hora pico y con la mochila pesando, los tomaré.
Siempre lo primero que hago es buscar un lugar, si es en un rincón mejor, de donde agarrarme, después miro a la gente a mi alrededor, como si me fuera a encontrar a alguien conocido, obviamente nunca sucede. Una vez me hube asentado, le empiezo a prestar más atención a la música del celular, casi sin sentido porque el ruido del subte tapa todos los demás. Aunque ahora que lo recuerdo, el episodio que voy a relatar fue un día que no estaba escuchando música, quizá por falta de batería.
Está de más decir que pasó en un subte en hora pico. Como de costumbre encontré una bonita chica a la que admirar y crearnos un romance imaginario para olvidarlo en el camino a casa. Tenía ojos azules y más edad que yo, lo que hacía la historia más interesante. Subió cuando yo ya había milagrosamente encontrado un asiento y en Acoyte, como había bajado más gente de lo normal por alguna razón, nuestras miradas se encontraron, era raro que alguien me contestara la mirada, especialmente alguien más grande.
En Primera Junta se subió un hombre en compañía de quienes posiblemente serían sus dos hijos. Su pelo blanco le hacía aparentar más edad de la que debía tener. Hablaban fuerte, como si todo el subte fuera suyo, y lo era, ya que el resto miraba al frente como zombie, escuchaba música, o la conversación de los recién llegados. La chica y yo apartamos la mirada del otro para formar parte del tercer grupo.
Era interesante, el canoso hablaba y cuando realmente me había puesto a escuchar sus palabras me estremecí al oírlo presumir de su nueva pistola de U$S6000. Sin poder contenerme, salté de mi asiento y enfurecido le grité "¡¡¡Asesino!!!".
Lo que pasaría después era evidente; mientras el hombre palpaba su cinturón mireé a la mujer y le pregunté si habría tenido oportunidad. Asintió lentamente temblando cuando yo recibía el plomo en mi estómago.
Me enteré que ella se había encargado de llevarme al hospital, pagarlo y cuidar de mí. Nunca más la volví a ver, ni oí hablar sobre ella.

martes, 20 de julio de 2010

Hombre Pájaro

Dulce pájaro,
Que ves de arriba hasta los sueños
Descansa frío
En mi mente de febrero

Hombre pájaro
Ven y salta al desierto
Muerde polvo
¡Es el polvo de la realidad!

Sé que nunca existes bello pájaro
Sé que morirás antes de nacer
Busco las palabras que te salven
En lo más profundo de mi ser

Razón de vida
Se pervierte en la mentira
Oscura y lisa
Tan bonita como el dolor

Pero está aquí mi gran pájaro
Me permite ver amanecer
Canta en el día y el ocaso
¡Da las fuerzas para renacer!

Un humano
Con el alma en otra parte
Encuentra pájaros
Para que sepan guiarte

Ven al campo
Tu regreso a la tierra
Tan imperfecta
¡Para nunca decir adiós!

sábado, 10 de julio de 2010

Viernes a la madrugada

El viento de noche azotaba mi pelo, una fría sensación me recorría pero el whisky en mi mano derecha me reconfortaba. Tomaba un sorbo y pensaba. Era un Viernes de madrugada, me acuerdo bien, me acompañaban las estrellas y vos, tan distante, tan impersonal. Tu recuerdo te reemplazó, tu ausencia te desfiguró. Tu lápiz labial azul ahora era un disimulado violeta, de todos modos no me gustaba, siempre me había inquietado.
Se me habían acabado los cigarrillos, los consumí todos, y ese perro que no dejaba de ladrad me irritaba mucho, pero con vos todo eso podía soportarse, resultaba algo trivial. Me acuerdo de tus ojos, de tu mirar malicioso, jamás pude interpretar tus expresiones, eso me fascinaba.
Había calma, me di cuenta que Buenos Aires era en realidad una ciudad desolada, pero nuestros gritos y cantos nos hacían parecer lo contrario. Sentía un dulce mareo, ése que se forma de alcohol y soledad y se pasea libre por el aire, estando fuera de mí, en todos lados y a la vez en ninguno. Me gustaría que esta sensación fuera real, así podría ir a ver cómo te va sin esos dos años de risas y pasión. Acaso te habrás ido con un cualquiera, de los que se consiguen al por mayor en los boliches. Bien sabés que soy distinto, mejor, porque yo tengo alma y ellos una canción con un éxito tan fugaz como sus amores.
Te has ido, pero volviste. En el fondo los dos sabíamos que vendrías con una botella de whisky para disfrutarla juntos. Fingís otro nombre, otra cara, te recordaba más alta y suave, ahora te veo y entro en tu juego, finjo que no sos vos, pero lo sé. Lamento haber dudado, supongo que así tenían que ser las cosas, bastante naturales, algo impropio de nosotros. Lo importante es que esta noche, una mujer llamada María o tal vez Mónica, recibirá mi amor hasta el alba, y hasta que se vaya para regresar con otro nombre.

sábado, 3 de julio de 2010

Alucinógeno mortal

Yacía en su habitación, la casa vacía salvo él, así estaba todo desde hacía semanas. El silencio se podía escuchar, anotar en forma de partituras. Su mente se había perdido entre pensamientos, soledad y alucinógenos, pero no le importaba, tal vez porque ya no tenía capacidad para ver las cosas y mucho menos para que le importen.
Era un fuck you a la vida burguesa, tantos dirían que es un tonto, se quedó sin amigos, acaso sin alma. Pero estaban equivocados, no podrían estar más errados: él era feliz, era todo perfecto en su eterno transcurrir en ese gastado sillón, sin tinelli, sin fútbol, sin preocupaciones. Nadie lo vigilaba, él había dejado de ser humano para convertirse en algo mejor. No necesitaba comer, ni siquiera respirar. Sus ex amigos no entendían nada de las imposibles palabras que él despedía en intervalos irregulares. Ellos no sabían qué decir, casi estaban más perdidos que él.
Él, quien eternamente sentiría su superioridad, su perfección, ajeno a esa vil sociedad, sonreía con los ojos cerrados.

viernes, 2 de julio de 2010

Pienso, luego existo.

Presiones, presiones. El chico impecable, que saca diez en todo. Creo que entendí qué es la perfección: mirar al frente, callado, prestando atención. No te dicen que seas un autómata que repite su discurso, son más sutiles, simplemente te piden que "des el ejemplo". Puedo tener un pensamiento libre, mientras no lo muestre y entregue una imagen sin fallas.
Si esto es lo que quieren, es lógico que busque cada día ser más imperfecto. Deseo desentenderme de ellos, ir abajo cuando van arriba. Dirán que este proceder es tonto, pero requiero de algún tipo de rompimiento de las reglas, pretendo humanizarme, alejarme de lo ideal.
Entonces en algún punto agradezco que estén ahí para enfrentarlos, la hipocresía recae realmente en sus palabras, las cuales hablan de su ayuda, de como ustedes están de nuestro lado. La única manera de la que nos pueden ofrecer ayuda alguna es haciéndonos luchar. Permítanos rebelarnos, cuando decidieron ser maestros aceptaron el ser nuestros enemigos. Acaso lo habrán aceptado inconscientemente. Pero deben entender que al educarnos obligatoriamente causan que sintamos cierta aversión hacia ustedes, pues tomar conocimiento sería admitir que hay cosas que no sabemos y lastimaría nuestro soberbio orgullo adolescente.
Nos impiden crecer, en cambio nos obligan a envejecer, ya que sólo el sabio experimentado está libre de errores, ni siquiera eso, pero ciertamente ha madurado. Y esto pasó porque cometió errores, su equivocación es que creen hacernos un favor al exhortarnos a decir no a estos males que durante su juventud han tomado desconociendo sus efectos. Agradecemos la información que nos dan, su postura acerca de lo que está bien y lo que está mal, sin embargo, además de eso nos imponen sus valores y prefiero descubrir los míos explorando ambos bandos que adoptar los de alguien más.
Estoy intentando descubrir quién soy, y ustedes sólo me hacen enojar, hasta llorar de confusión. Piden que tome posturas y que me movilice, que actúe, eso se lo dejo a quienes se conocen, quienes tienen pensamientos fijos del mundo. Yo no soy así: necesito probarlo todo, pensarlo todo, luego sabré que lo que hago es lo correcto y actuaré.