miércoles, 25 de mayo de 2011

John Smith, abogado

Quiero contar una historia
Sobre un hombre que vivió sin gloria
En la anónima ciudad gris
Dentro del rascacielos humeante

Empezó como cualquier hombre gris
Sacaba dieces nuestro gran John Smith
Cumplidor hasta de la regla más inútil
Y amante de la burocracia

Decidió continuar sus estudios
Hacia la férrea defensa del derecho
Tanto orden en esa caja
Como el que le había dado su madre

John Smith entró y con honores
Se graduó de la universidad
Ahora aliviaría todos los dolores
Llevando a los malos ante la verdad

Sin mujeres en su rutina
Llevaba siempre la ropa del recato
Marido y amante de la justicia
Sólo tenía ojos de funcionario

Incansable abogado y recto
Llegó a juez este ser perfecto
Martillo en mano y mirada severa
John Smith dictaba sus penas

Un día, en la biblioteca
El hombre ordenaba sus libros
Ni una mota de polvo a la vista
Cuidados celosamente los libros

De pronto, subido a la escalera
John Smith tropezó
Sobre su cuerpo cayó la biblioteca
Bajo un grito ahogado murió

Así termina mi historia
Sobre una persona sin amor
Frío como el cadáver que es ahora
La vida sigue, nadie lo recordó

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