domingo, 17 de febrero de 2013
Dudosos inventos VI
Lo magnífico de lo sutilmente callado sólo aparece cuando es dicho. Entonces, él no frena jamás y se llena la boca de conocimientos más o menos inútiles. Digo esto porque considero que es una persona infeliz, esclava bajo el peso de esa roca que es lo existente, que también es objetivo. Impone reglas, por eso es que oprime. Y la felicidad es una felicidad de niño, pues es el cielo el que tiene el poder de conceder o negar el deseo, y así se convierte en la fuente de donde emana la libertad velada, repleta de agradecimientos. Pero lo negativo no tiene procedencia, no se ve, o se percibe parcialmente. Así es como él vive aprisionado dentro de una caja que desconoce, y su vida y sus goces son tan insustanciales como esta descripción.
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