Cuando el cemento florezca en mí, ya me habré ido
No sentiré ni la sed (la única que importa, aquella que es verde)
Y oleadas de soles desmembrados me hilvanarán en el desdoblamiento de la luz
Que es un agujero negro
Que es un pájaro sin alas, o cíclope de dos ojos,
Monstruo entre los suyos, imposible para el resto
Escucho que tengo necesidad de llenarme, lo dice mi propio cuerpo
Pero el hambre empuja hasta los bordes de la cabeza del mundo, y ahí se estanca
Pues hambre sin sed es como día sin noche;
Gigante e inútil
El aullido no ahuyenta la oscuridad,
Sólo invoca lágrimas que me sirven para desdibujarme en el tiempo
Y renegar de las palabras asesinas
Permitiéndome saltar al vacío
Contenedor del infinito que no se puede tocar con los ojos
Ni decir con las manos
El particular sonido del aquí-ahora se viste de absoluto y me engaña
Creando los sentidos, estos mismos pensamientos
Tan grabados en mi mente que no me dejan volar
Que queman mi posibilidad dentro de una ciudad terrible
Entonces no me queda nada. Sólo ella.
La cura de la desolación, cura de los muertos que están por nacer
Y flor inmóvil para las estatuas vivas
(Que caminan, que miran, que son estatuas)
Ella.
Ella cuyo nombre es deseo, y su género indefinido, de tiempo siempre futuro
Ella con un rostro que son mil espejos reflejando cada uno una luz distinta, un alma nueva
Ella que soy yo, ella que con cerrar los ojos comprende el universo entero
Ella que es esta mujer, que con sus piernas explica la desmesura
Ella que es un árbol y así permite que esto ocurra
Ella que es frío, el polvo que flota susurrando otros lugares
Ella que brilla, y grita, y corre, como cualquier estrella haría
Ella tan libre e indecible, salvadora de este mundo y acaso de otros también
Por eso te busco en la sombra, desespero de lo establecido
Huelo tu dulzor, río en el bosque primaveral
Yo dedico mi existencia entera, ingenuo devoto
Todo para encontrarte
Todo para saborearte
Todo para sanar
Todo para después morir
qué palabras hermosísimas, man. todo el pasaje de los 'ella' es impresionante, es de esos que leerías infinitamente. y sí, un viaje en micro es como un viaje al centro del mundo inmaterial.
ResponderEliminarAcabás de conmoverme hasta la última partícula de "yo". Gracias.
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