Qué frágil el espíritu humano. Distorsionados nuestros espejos, muchas veces necesitamos de los otros para recordarnos quiénes somos (no somos pasivas estatuas o pantanos profundos y horribles). Frecuentamos voces que nos rondan y escupen negatividad, señalan inseguridades. Suelen gritar ¡No! Incansablemente nos hemos vestido con los ropajes de nuestros propios verdugos, palabras frías, silenciosas, y uno se convierte en una negación, en una barrera. Es la ceguera más ridícula y, sin embargo, la más certera, que tiene el arte de tergiversar, nutriéndose en nuestro abatimiento.
(Yo cubro todo de un manto de seriedad. Tal vez el secreto, la vergüenza, tengan su oscuridad personal, pero los problemas son de una simpleza burlona. Especialmente al explicitarse)
Ejemplo de sinsentidos desprovistos de elegancia, probablemente comunes entre las personas:
cuando una persona me choca en la calle le pido perdón yo aunque no haya tenido culpa de nada
no me gusta mi voz en las grabaciones
siempre que otro tenga una inseguridad le voy a decir que está equivocado y no está viendo las cosas como son pero cuando me pasa a mí pienso que es verdad
soy especial pero al revés; para mal
los consejos no se aplican a mí
lo negativo no es apariencia, es real
nunca voy a llegar para los parciales, es mucho, mucho, y yo soy torpe y lento y se me va a olvidar todo
si paso por un lugar y tengo que volver porque me confundí o algo siento las miradas de la gente sobre mí, escrutándome, como si fuera un crimen ir por el mismo lugar dos veces en un período de tiempo relativamente corto
en el colectivo pienso sobre las ideas raras que se hará la gente de mí al bajar no por la puerta que tenga más cerca sino por la otra
yo soy super importante; todo el mundo está constantemente pendiente de mí y de cada movimiento que haga, pero para las cosas malas; cualquier acción llevada a cabo que se pueda interpretar como algo fuera de lo común o loco así será visto
jamás los otros tendrán la indiferencia o la empatía (la empatía especialmente, porque el resto de la humanidad es normal y no tiene las inseguridades o problemas de este cerebro estúpido)
yo soy único; el peor
una de las cosas que más vergüenza me da es sonarme los mocos en público, más que nada en clase; ese ruido aturde y molesta sobremanera a esa gente sin narices o mocos, y no pueden escuchar al profesor y seguro miran hacia atrás con gesto de reproche, y si tengo muchos mocos y salpico a alguien seguro se pone furioso y hace un escándalo y me echan de la comunidad y finalmente el velo se correría y yo quedaría expuesto como el subhumano que realmente soy
por lo menos ya no tendría que fingir nada más
pero también me sentiría un poco solo
todo se solucionaría si la gente
no tuviera nunca más mocos ni que masticar ruidosamente en clase
no tuviera nunca que maquillarse sobre el otro o dormirse sobre el otro en el colectivo
no se chocara nunca en la calle
si, nunca, bajo ninguna circunstancia, se tuviera que pasar por el mismo lugar dos veces en un período de tiempo relativamente corto
si no hubiera odio a uno mismo baja autoestima barreras sociales tontas
entonces podría nacer un nuevo tiempo para la humanidad y nos elevaríamos altivos, remontando el cielo con las alas de nuestra nueva felicidad
tal vez todo sería así
o tal vez no
probablemente no.
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